20 feb 2012

Vampire Boy

Titulo: Vampire Boy

Resumen: Todo cambio desde ese momento, deje de ser quien era para tener una familia diferente y una vida distinta, pero no lo cambiaria por nada, le doy gracias a él por convertirme en lo que soy.


Era una noche de lo más tranquila por las calles de New York. Eran casi  las tres de la madrugada y lo normal es que nadie estuviera fuera de su casa a esas horas, pero al parecer alguien se encontraba fuera, una chica de unos veinticinco años iba a paso rápido por las calles con el miedo en la piel, presintiendo que alguien la estaba siguiendo, y no se equivocaba, por los tejados se encontraba un chico, que no aparentaba tener más de diecisiete años, vigilando y siguiendo a la chica hasta tenerla acorralada en un callejón sin salida. Fue en ese momento en el que bajó con un salto imposible desde los tejados al suelo, sin inmutarse ni hacerse daño, sorprendiendo a la chica.

Lentamente se fue acercando, como un depredador a su presa, sin temer que esta se pudiera escapar, parecía que tenía a la chica hipnotizada por sus lindos ojos verdes. Una vez que estuvo a unos centímetros de sus labios la besó con devoción haciendo estremecer a la chica, que no sabía lo que  le iba a ocurrir empezó a bajar sus labios hasta la clavícula donde presionó y mordió sacando sangre, no  paró hasta que decidió que ya era suficiente alimento. Una vez estuvo satisfecho cerró la herida con su lengua y dejó adormilada a la chica para que olvidara lo que había pasado, volviendo él encima los tejados donde contempló   la luna en todo su esplendor.

El joven vampiro empezó a recordar cómo se había convertido en ese ser de la noche y lo que le costó acostumbrarse a su nueva vida. Los recuerdos empezaron a inundar su mente.

Un joven de apenas diecisiete años volvía de su trabajo a medio tiempo a unas horas en las que nadie debería estar fuera de casa, para mala suerte del chico fue atacado por un grupo de delincuentes quienes le robaron el poco dinero que tenía y le dejaron malherido entre unos bolsas de basura en un callejón esperando a que la muerte llegara a él; y es más, él creyó que ya había llegado cuando vio delante suya a un tipo de unos veintiocho años vestido completamente de negro, quien acercó su boca hasta su oreja y le preguntó:

-¿Quieres vivir como un demonio de la noche o morir como un humano?

Al chico le extrañó la pregunta pero supo lo que contestar:

-Vivir, quiero vivir aunque sea como un demonio. –contestó sin saber lo que podía esperar.

El hombre no lo dudó y sin que el chico se diera cuenta le curó la herida y le mordió en el cuello sacándole sangre y haciendo que el chico bebiera la sangre del hombre. Una vez estuvo hecho, el chico se desmayó siendo  recogido por el hombre y desapareciendo de allí los dos.

Cuando David, así se llama el chico, volvió a despertar se encontraba en una pequeña habitación de un motel de mala muerte, lo supo por lo vieja que era la habitación; empezó a intentar recordar lo que le había pasado, una vez que lo hubo hecho no podía entender como estaba vivo y sin ninguna herida, decidió levantarse para irse pero justo en ese momento entró el hombre que le había salvado, dispuesto a darle todas las explicaciones que él quisiera.

-Será mejor que te sientes niño, estas vivo gracias a mi, pero ya no eres humano –le empezó a explicar- te convertido en un vampiro como yo –dijo enseñándole los colmillos de su boca, a lo que Matt se tocó la suya descubriendo que también tenía unos- Querías vivir y yo te he concedido tu deseo, aunque el precio haya sido ser convertido en vampiro, ahora eres un Neófito, que son los vampiros nuevos que aún no saben muy bien como comportarse en su nueva vida. –le aclaró al ver la cara de confusión que tenía David- pronto descubrirás que no es tan malo ser un vampiro, tienes la vida eterna, no envejecerás, tendrás un poder superior al de los humanos, mejor olfato y oído también, esas son las ventajas, ahora las desventajas son debes evitar la luz del sol no porque te puedas disolver como se cree, sino porque te puedes hacer daño en la piel, nosotros podemos estar debajo del sol pero tenemos que estar muy bien protegidos, para matarnos no hace falta ni una cruz ni un ajo como creen los humanos, evitamos las cruces y las iglesias no porque nos hagan daño sino porque  la gente cree que eso puede hacernos daño, y el ajo por nuestro sentido del olfato, que es mucho más delicado que el de los humanos, haciendo que no podamos soportar olores fuertes; me parece que esto es todo lo que te tengo que explicar si quieres preguntar algo, hazlo –le terminó de explicar.

La habitación estaba en completo silencio pudiéndose escuchar las voces de las demás habitaciones, David estaba procesando todo lo que le había contado ese hombre y no acababa de comprenderlo, por lo que decidió repasarlo todo poco a poco e ir viendo si se lo creía, empezó quitando las cortinas de la ventana y viendo que es verdad que le hacia daño el sol, después se acercó al espejo y vio que se podía ver pero también estaba muy pálido demás podría decirse, intentó adivinar que es lo que decían en la última habitación del pasillo y descubrió que podía escucharlo y entenderlo perfectamente, acabó sentado en la cama con las manos en la cabeza sin poder terminar de creérselo, se había convertido en un vampiro y ¿tendría que beber sangre? Esa era la única pregunta que tenía.

-¿Debo beber sangre de otras personas para sobrevivir?

-Así es, debemos beber sangre, pero no hacer daño a las personas de las que bebemos ni dejarles recuerdos, por eso deben creer que has tenido una noche de pasión si lo crees oportuno o cualquier otra cosa, yo te enseñaré todo lo que debes aprender para que no te pase nada, siendo que ahora eres considerado un Neófito, debes hacerme caso en todo lo que yo te diga, también deberás alejarte de tu familia, bien puedes decirles que eres un vampiro no ahí problema con eso, pero no sé que tal se lo tomen, o puedes hacerles creer que has muerto y no volveríamos a esta cuidad nunca más, eso debes decidirlo tú –dijo levantándose para abandonar la habitación para dejarle pensar- por cierto me llamo Ismael, y desde este momento seré tú instructor y protector –fue lo último que dijo antes de desaparecer por la puerta.

David se quedó pensando en todo, en cómo se lo tomarían sus padres, si estarían más tristes sabiendo lo que era o creyendo que estaba muerto, si soportaría la soledad que conlleva ser de esta manera, con todos estos pensamientos en mente y sin poder aclararse contemplando el techo, hasta que se quedó completamente dormido.

Cuando a la mañana despertó, Ismael estaba en la silla de ayer esperando, pero David estaba sorprendido por haberse quedado dormido. Estaba pensando en eso cuando Ismael habló.

-Podemos dormir, podría decirse que somos un tipo de vampiros especiales –le dijo con una sonrisa levantándose- ahora sígueme te daré tu primera clase, para que sepas alimentarte sólo.

Según iban pasando los días iba aprendiendo todo lo que se debe aprender un vampiro que se precie, y también tomó la decisión de decirles a sus padres temiendo la reacción de estos, si no lo tomaban bien tendría que hacerles olvidar, por suerte para él sus padres prefirieron que su hijo viviera aunque fuera un vampiro y verle de vez en cuando a no verlo nunca más. Lo que hizo que David estuviera más feliz y se empezara a acostumbrar mucho mejor a su nueva vida.

Poco a poco aprendió todo que tenía que aprender, a alimentarse, como confundir a sus presar para que no recordaran lo ocurrido, y muchas cosas más. Los recuerdos empezaron a borrarse y volvió a la realidad, encima del tejado observando la luna.

Estuvo así una hora más, hasta que alguien llegó y se sentó a su lado sin pronunciar palabra por unos minutos.

-¿Otra vez recordando como empezó todo, David?

-Pues si Ismael, es que estuve pensando que llevaba mucho tiempo ya como vampiro, e visto morir a mis padres, hermanos, e incluso a los hijos de estos, y yo no he cambiado para nada, si es cierto que la Aquelarre ha ido aumentando, hemos salvado a gente que no quería vivir por estar enferma o porque ya no tenían a nadie –dijo recordando como ahora eran ya casi diez personas en el Aquelarre, vivían en una pequeña casa a lo lejos de la multitud para que no sospecharan cuando no salían por la mañana.

Cuando la luna estaba empezando a desaparecer los dos se alejaron de ese lugar para ir a su guarida.

En las afueras de New York en una pequeña mansión de no más de dos pisos bastante vieja, es donde estaba la guarida de los vampiros. En la puerta del jardín estaban Ismael y David, con sus dos trajes negros pasaron por la puerta  y una vez esta estuvo cerrada, aparecieron por todos los rincones su familia, un par de vampiros que tenían la apariencia de ancianos, otros tres de niños de apenas diez años, y otros dos que aparentan tener 30 años como Ismael, y la otra una chica de 17 años como David.

Esta era la nueva familia de David, la que había conseguido gracias  a Ismael, y  no pensaba dejar esta familia nunca, una familia que apreciaba y quería conocer todo lo que pudiera de ella. Una familia que sustituía a la suya perdida.

Toda la Aquelarre se fue a sus respectivas habitaciones a descansar para un nuevo día igual a los demás, pero David no cambiaría esa vida por nada del mundo, porque era una vida que le había sido regalada y pensaba disfrutar de ella todo el tiempo que pudiera.

Fue el pensamiento de David antes de caer en los brazos de Morfeo y metiéndose en sus sueños. Soñando todas las aventuras que había vivido y vivirá en esta familia.


Fin

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